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¿Es peor la censura o la autocensura? Entrevista a Javi Moreno


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Javi Moreno (Sant Joan d’ Alacant, 1982). Licenciado en Bellas Artes por la Universidad Miguel Hernández de Elche (2005), en la que ahora es docente en la Facultad de Bellas Artes y miembro del Grupo de Investigación FIDEX (Figuras del Exceso y Políticas del Cuerpo). Artista plástico, performer, gestor cultural y curador independiente. Ha dirigido el Certamen UBICA. Su obra es una reflexión e investigación del proceso de construcción del deseo (auto) erótico y pornográfico del muchacho adolescente en la red 2.0.

ENTREVISTADOR.- ¿Por qué el sexo, el erotismo y la pornografía siguen siendo una provocación, algo que alarma, a estas alturas de la contemporaneidad?

/javi moreno.- La sexualidad y sus diferentes representaciones eróticas y/o pornográficas molestan de acuerdo al contexto donde se exhiben: tanto el medio y el canal como el contexto social. Mientras las representaciones se produzcan de acuerdo a un orden heteronormativo adulto no existe problema alguno. Una representación erótica o pornográfica del placer adolescente (e infantil) desafía al propio orden adulto-menor: una manifestación más del régimen heterocentrado donde dicha dicotomía se sustenta sobre la supremacía del adulto (como portador del discurso sexual), frente a la asumida y convenida inocencia del menor. A partir de Rousseau y del nacimiento de la pedagogía moderna occidental, al niño o al adolescente se le presupone que debe ser un ser inocente, donde el deseo prematuro es visto como una aberración incómoda para el educador adulto (sexualizado). Las visiones freudianas de la latencia infantil continúan perpetuando dicha cuestión de infantilización del menor con tal de salvaguardar la identidad heterosexual adulta y reproductiva, siendo la pederastia el fantasma monstruoso que mantiene dicha dicotomía adulto-menor. La herencia moral judeo-cristiana permite mantener en buena forma dicho axioma. Consecuencia es que la sexualidad siga siendo una provocación. Depende del contexto, la Iglesia habla todo el tiempo de sexualidad, aunque sea a través de la coacción, la confesión y el control de la misma.

E.- “Paraísos perdidos”, “Peters Panes”, “capitanes de quince años”, “fiesta de cumpleaños”… ¿por qué esas referencias a mundos ideales, a los sueños, a la imaginación para referenciar la identidad gay?

/javi moreno.- Mi línea de trabajo se circunscribe al muchacho adolescente, no en torno a la identidad gay. Mi obra tiene cierta iconografía homoerótica, pero el público al que va dirigida es mucho más amplio. Me interesa que cualquier persona pueda verse atravesada por el deseo sin depender de su orientación sexual o de las prácticas que profese. Las referencias a una “edad o paraíso perdido” proviene por un lado de mis antecedentes artísticos decimonónicos (Gloeden, Plüschow y Galdi) que recurrían a cierta coartada arcádica para expresar un deseo concreto. Guiño a la fijación superlativa por la juventud en nuestra sociedad y en torno a su visualidad específica. El verano, el paraíso, lo vacacional es una cuestión personal, donde en parte escenifico recuerdos, vivencias y sensaciones de mi propia adolescencia a través de las imágenes de otros.

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E.- Muchas de tus imágenes, potentes iconos, están en “la delgada línea roja” y son objeto de censura actualmente, hoy. ¿Es peor la censura o la autocensura?

/javi moreno.- Es peor la censura. Hago lo que me da la gana. Las instituciones son cobardes para enseñar mi trabajo sin tapujos. Podría poner muchos ejemplos donde la censura ha intentado acallar mi obra. Algo a lo que me enfrento constantemente. Numerosos comisarios, gestores y políticos, con el ánimo de promocionar cierto arte emergente, han intentado vetar ciertas obras. Lamentable, pero es, al fin y al cabo, la expresión de una moral retrógrada en alza (y de la que no se libra el arte contemporáneo). La creación artística es uno de los pocos espacios de libertad real que queda, y no pienso perder eso. Y no sólo eso: el arte, tal y como diría Alan Moore, debería ser reivindicado como la forma más sublime de magia contemporánea. Un Arte, en mayúsculas, que es capaz de cambiar la propia realidad.

E.- Has investigado sobre el barón Wilhelm von Gloeden (1856-1913) fotógrafo alemán que desarrolló su carrera fundamentalmente en Taormina (Italia). Conocido por sus estudios de desnudos de jóvenes sicilianos, que aparecen con poses muy cuidadas, en marcos de referencias clásicas. ¿Pederastia o Paideia?

/javi moreno.- Prefiero hablar de eromenofilia. He acuñado dicho término por necesidad, dado que dichas obras se produjeron de acuerdo a una especificidad mucho más concreta que la mera pederastia o la pedagogía: el amor hacia el erómenos (el aprendiz dentro de la pedagogía homosexual griega). Herencia artística y literaria del siglo XIX, donde la relación maestro-discípulo (de inspiración helenista) se sobrevaloraba y legitimaba como modelo idílico de relación erudita.

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E.- Tus trabajos «<hipertexto2009>» e «<hipertexto2014>» abordan la escenificación del deseo del adolescente en la web 2.0 y reflexionan en torno a la prohibición de representar el cuerpo del menor como cuerpo deseable. ¿Las “lolitas” se ven con mejor permisividad que los “lolitos”?

/javi moreno.- Empecé en torno a 2005 y he visto pasearse por la red todo tipo de lolitos digitales. La permisividad en internet es la misma. Fuera de la red, el cuerpo del adolescente tiene la misma cabida como cuerpo deseable que el cuerpo de una chica. La Historia del Arte nos ha superpoblado de pornografía heterosexual disfrazada mediante desnudos femeninos en motivos costumbristas, mitológicos, retratos, etc. El cuerpo deseable de la mujer, generalmente pasivo, era fácil de representar pictóricamente porque situaba a ésta como objeto depositario de la mirada y al hombre como sujeto que miraba. Se trata de poder. El muchacho, presentado como agente pasivo deseado, pone en evidencia su propia masculinidad inquebrantable, llevando el cuerpo hacia una noción más blanda, permisiva y permeable. La domesticidad de internet y los dispositivos móviles han permitido que el hombre se presente erótica y pornográficamente a través de nuevos modelos, (generándose nuevos códigos normalizados de representación visual).

E.- ¿Legal / ilegal? ¿Te sientes cómodo en “el filo de la navaja”?

/javi moreno.- Muy cómodo, adoro la ambigüedad. Reitero que el arte es una herramienta idónea para la libertad. El artista no debería verse sujeto a posicionamientos morales. La creación debe ser capaz de dinamitar los límites de lo visible y de lo entendible. Pinto imágenes que son libres; cualquier persona puede encontrarlas y adquirirlas fácilmente en la red sin necesidad de pagar por ellas. No me pueden decir nada porque no hago nada ilegal. Enseño el mapa, no el territorio: el registro pictórico de los adolescentes y sus juegos lúbricos frente al objetivo. Otra cosa es que te parezca inmoral; quizás te lo deberías hacer mirar. Sólo hago explícita cierta realidad a través de mi paradigma artístico. Tus hijos están en Instagram y yo los pinto. ¿Has visto alguna vez los 700 likes de tu pequeño de 15 años enseñando su vello púbico?

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Fuente: http://www.plataformadeartecontemporaneo.com/pac/entrevista-javi-moreno/

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